Distribuya los libros en distintas habitaciones
Es raro tener la suerte de contar en un piso típico con un estudio en toda regla o un salón espacioso donde colocar tu biblioteca. Si no quieres desprenderte de tus libros, prueba a dividir toda la colección impresa en varios grupos y distribuirlos por el piso.
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Los libros para niños, las novelas de aventuras, los libros para colorear y los atlas, llévalos al lugar donde más se necesitan: la habitación de los niños. Y los libros de cocina y tareas domésticas es lógico tenerlos en la cocina. Eso sí, asegúrate de que no estén peligrosamente cerca de la zona húmeda o de cocción. Un armario sobre el frigorífico o cajones superiores cerrados son buenas opciones.
Incluso un balcón aislado puede ser adecuado para guardar libros. Así, de un lugar donde guardas esquís, pepinillos y cajas de electrodomésticos, pasará a convertirse en un espacio acogedor. Si no temes que te juzguen y te hagan constantes preguntas del tipo «¿Por qué?», puedes colocar parte de la biblioteca en el cuarto de baño de invitados. A diferencia del baño principal, aquí no hay mucha humedad, y el espacio sobre el inodoro siempre está libre, así que aquí puedes colocar una librería de pared.
