Para que tus ojos descansen, haz pausas regulares de al menos 10-15 minutos cada 1-1,5 horas de trabajo. Durante ese tiempo, desplaza la mirada hacia objetos lejanos, relajando así los músculos.
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Pasar tiempo al aire libre
En este caso es sencillo: durante los paseos miramos objetos lejanos, lo que permite relajar los músculos del ojo y normalizar el trabajo del aparato visual.
Conseguir la iluminación adecuada
Una buena iluminación reducirá la fatiga visual, por lo que es ideal que tu puesto de trabajo esté cerca de una ventana. Coloca las fuentes de luz artificial a la izquierda para que no creen sombras.
Prefiera las lámparas de color amarillo: esta luz es más parecida a la luz natural. Cuando trabajes en tu escritorio, especialmente con textos pequeños, recuerda mantener una distancia de al menos 50 cm respecto a la superficie de trabajo.
