Según las autoridades estadounidenses, los residentes en el país beben hasta 24.000 millones de litros de cerveza al año, lo que la convierte en la bebida alcohólica más popular del país. Pero ahora la cerveza tiene un uso alternativo: el número de balnearios que ofrecen baños de cerveza está creciendo rápidamente en el país. Esta vieja tradición europea no llegó a Estados Unidos hasta la década pasada, pero los estadounidenses le han cogido un gusto sorprendentemente fuerte.
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Bañarse en cerveza ha resultado ser una cómoda alternativa a la toma de antidepresivos, que consumen regularmente millones de estadounidenses. Lo que ocurre es que los baños no son cerveza en absoluto, sino una mezcla de malta, agua, lúpulo y diversas hierbas medicinales, que no pasa por el procedimiento de elaboración de la cerveza. No contiene alcohol y no se recomienda beberla, por lo que no hay riesgo de convertirse en alcohólico.