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Durante la primera prospección realizada en la finca Attingham, del siglo XVIII, en las Midlands Occidentales de Shropshire (Inglaterra), se documentaron presuntos restos romanos. La finca, de 1.600 hectáreas, es propiedad del National Trust, que llevó a cabo la prospección.
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Se señala que esta zona ha atraído a colonos desde hace miles de años por su proximidad a la confluencia de dos ríos y sus fértiles tierras agrícolas. En la finca se han encontrado anteriormente indicios de actividad prehistórica, así como asentamientos urbanos y rurales romanos y muchos otros yacimientos de la Edad Media y posteriores.
